Intervención del Representante Permanente de Cuba ante Naciones Unidas, embajador Pedro Luis Pedroso Cuesta, en explicación de voto respecto al proyecto de resolución sobre la suspensión de los derechos de la Federación de Rusia como miembro del Consejo de Derechos Humanos. Nueva York, 7 de abril de 2022
Señor Presidente,
Cuba ha abogado y trabajado siempre por un Consejo de Derechos Humanos capaz de enfrentar los complejos retos que tiene la comunidad internacional en esta materia, de los que ningún país está exento.
Defendemos la objetividad, imparcialidad y transparencia en las labores de ese órgano, y que sus procedimientos y mecanismos trabajen sobre la base de información veraz y contrastada.
El uso de la cláusula de suspensión de la membresía del Consejo, en modo alguno favorecerá la búsqueda de una solución pacífica, negociada y duradera al conflicto en Ucrania; y mucho menos ayudará a fomentar el clima de cooperación, diálogo y entendimiento que debe primar al abordarse la cuestión de los derechos humanos.
Es irrespetuoso, además, que a tan solo unos días de concluir un período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, ni siquiera se le haya dado la oportunidad a ese órgano de pronunciarse al respecto.
Señor Presidente,
Desde que se inició el proceso de negociaciones sobre la construcción del nuevo Consejo que sucedería a la Comisión de Derechos Humanos, Cuba se opuso a la cláusula de suspensión de la membresía, debido al serio riesgo de que la misma fuese utilizada por determinados países que privilegian el doble rasero, la selectividad y la politización de los temas de derechos humanos.
Esa cláusula puede ser activada con el apoyo de apenas dos tercios de los presentes y votantes; por tanto, las abstenciones no cuentan y ni siquiera se establece un número mínimo requerido de votos para que se apruebe la suspensión.
Para ser electo miembro del Consejo de Derechos Humanos, un país necesita obtener como mínimo, en votación secreta, el apoyo de la mayoría de los miembros de la ONU, es decir, al menos 97 votos.
De tal manera, los derechos de un miembro del Consejo pueden ser suspendidos por la voluntad de un número de Estados incluso menor que los que decidieron elegirlo y otorgarle esos derechos.
La Federación de Rusia, que fue electa como miembro del Consejo de Derechos Humanos en 2020 con 158 votos, hoy pudiera ser suspendida con una cantidad inferior.
Ese mecanismo de suspensión, que no tiene paralelo en ningún otro órgano de las Naciones Unidas, puede ser fácilmente utilizado de manera selectiva. Hoy es Rusia, pero mañana puede ser cualquiera de nuestros países, particularmente naciones del Sur que no se pliegan a los intereses de dominación y que defienden con firmeza su independencia.
No fue casualidad que los más entusiastas promotores de la cláusula de suspensión de la membresía, cuando se negociaba la construcción del nuevo Consejo de Derechos Humanos, fueron naciones desarrolladas con demostrada tendencia a acusar a países del Sur que no se ajustan a sus supuestos modelos de democracia, mientras permanecen en silencio cómplice ante flagrantes violaciones de derechos humanos en países occidentales.
Por supuesto, no todos en esta sala comparten nuestras preocupaciones sobre el mecanismo de suspensión, pues saben que las víctimas de su uso selectivo siempre serán otros.
¿Podrá esta Asamblea aprobar algún día una resolución suspendiendo la membresía de Estados Unidos en el Consejo de Derechos Humanos, por poner solo un ejemplo?
Todos sabemos que eso no ha sucedido ni sucederá, a pesar de sus violaciones flagrantes y masivas de los derechos humanos, como consecuencia de invasiones y guerras de rapiña contra Estados soberanos, en función de sus intereses geopolíticos. Han ocasionando la muerte de cientos de miles de civiles, que denominan “daños colaterales”; millones de desplazados, y vasta destrucción en toda la geografía de nuestro planeta, pero esta Asamblea jamás ha suspendido ninguno de sus derechos.
También sabemos todos que no se aplicará la cláusula de suspensión contra el Estado que ha impuesto contra Cuba, por más de 60 años, un criminal bloqueo económico, comercial y financiero que constituye, sin dudas, la más prolongada, flagrante, masiva y sistemática violación de los derechos humanos de todo un pueblo y un verdadero acto de genocidio contra todo un país.
Resulta cuando menos irónico observar que el país que se opuso al establecimiento del Consejo de Derechos Humanos y solicitó, en esta misma sala, el voto en contra de la resolución que lo creó, es el mismo que ha activado a su conveniencia ahora, como lo hizo en 2011, una de las cláusulas más controversiales de ese foro.
Señor Presidente:
Cuba será consecuente con las reservas que realizó respecto al mecanismo de suspensión de la membresía, al adoptarse en el año 2006 la resolución 60/251 que estableció el Consejo de Derechos Humanos y la 65/265, de 2011, sobre la suspensión de derechos de Libia.
La aprobación del proyecto de resolución que hoy consideramos, sentará un peligroso precedente adicional, en particular para el Sur.
No les basta con imponer resoluciones contra países y mandatos selectivos. Ahora se proponen dar un nuevo paso de avance hacia la legitimación de la selectividad y la conformación de un Consejo de Derechos Humanos cada vez más al servicio de determinados países, como lo estuvo en su momento la extinta y desacreditada Comisión de Derechos Humanos.
Por las razones expuestas, la delegación cubana votará en contra del proyecto de resolución A/ES-11/L.4
Muchas gracias.
(Cubaminrex-Misión Permanente de Cuba ante la ONU)